Ya nada queda por lo que luchar; ni un solo resquicio de humanidad en esta tierra que se resquebraja y donde unos a otros se matan… Fría y despiadada guerra que se alimenta de odio; balas y odio por doquier…
Apenas siento mi cuerpo en este fango de barbarie y lágrimas; quizás esté muerto…, pues todo lo que oteo, es muerte, gangrena… desesperación… E invoco al crepúsculo para mitigar este dolor que se clava como lanza en mi corazón; niños que empuñando un arma perdieron la vida; rutilantes e inocentes almas manchadas con la lacra de la ambición…
Dios… ¡Mi Dios!… Mándame aunque sea una efímera y grácil señal que me haga creer que aún hay vida por la que levantar estas cansadas y ulceradas piernas; estos mis pies que renuncian ya a caminar; y este mi espíritu que llora y se rinde ante la mezquindad…; o déjame marchar…
¡¿Quién ganó esta guerra!? Si todo lo que hay a mi alrededor… es putrefacción…»
Y de entre las nubes, lóbregas y espesas, se asoma de pronto una tímida brizna de luz… La suficiente para ofrendar a aquel que se dirige, sereno y elegante en su galopar, hacia quien yace tendido entre muertos y heridos, suplicando a su Dios. Se arrima al muchacho que, agonizante, lo mira como el que contempla un milagro. Un caballo blanco, de largo pelaje, arrima su morro y lo zarandea con suavidad. Se recuesta sobre el barro y junto a él; y sigue empujándole como incitándole a que suba sobre su lomo. El joven levanta los brazos con extrañeza en sus ojos, y de ellos, dos lágrimas sucias, de tierra y sangre, se escapan mientras mira al cielo, dibujándose en su rostro una leve sonrisa, y exhalando un suspiro al tiempo que dice: gracias…
Como puede, monta sobre el caballo, este, se yergue y, despacio, se van alejando de aquel lugar de guerra y muerte… Ambos siendo uno; siendo aliento en un mundo que agoniza; siendo espíritu que sobrevive, cabalgando eternamente por la orilla de la vida...; que no aprende…
©Ginebra Blonde
(Cabalguemos-
Convocatoria juevera
para el 5 de
noviembre, propuesta por “Cecy”)
El hambre de poder es un arma tan letal, que va destruyendo todo al andar y no cesa, no nos deja en paz, en todas sus épocas ha dejado su mancha, a sangre y desgracia. Y como siempre aparece un ser tan hermoso por su dignidad como en este caso un caballo blanco a salvar lo que puede, ese muchacho agradecido.
ResponderEliminarHermoso relato, fuerte, como una lanza que atraviesa eso que parece no aprendemos mas.
Me encanta leerte Ginebra, tienes ángel al escribir.
Es un gran placer que te sumaras a la convocatoria.
Un abrazo y lindos sueños:)
El mundo se desmorona; los valores quedan solapados por tantas y tan fatídicas artimañas en aras de tan anhelado poder…
EliminarMuy agradecida por estas palabras que me abrazan, Cecy. Un placer que lo hayas sentido así…
Me ha encantado participar en tu hermosa propuesta…
Abrazos enormes, y muy feliz día 💙
Maravilloso y triste relato. Oprime al corazón cada letra escrita. Saludos amiga.
ResponderEliminarAsí como la vida... Hay cosas que nos ahogan el alma, y solo nos queda impotencia y dolor...
EliminarGracias por tu latido, preciosa amiga.
Abrazos y cariños, y feliz día 💙
Ese final de la escena d muerte de guerra que expones, es un final perfecto. Hombre y caballo en uno solo, para alejarse de la ruina que es toda guerra.
ResponderEliminarUn abrazo
Las guerras son el propio fracaso de la humanidad...
EliminarGracias por sentirlo así, querida amiga.
Siempre un placer tu mirada...
Abrazo grande, y feliz día 💙
Sempre originali e di magnifica lettura i tuoi brani, nel loro rilasciare indelebile impronta nell'anima...
ResponderEliminarBuon mercoledì e un abbraccio, carissima Ginebra, silvia
Feliz de que así lo sientas, querida amiga. Muy agradecida por tu mirada y tus bonitas palabras...
EliminarAbrazos enormes, y feliz día 💙
Tu apocalíptico pero certero texto sobrecoge. Y además tu pulsión sangra a la par acompañando de veras tus palabras. La Imago del soberbio animal y el niño es espectacular, y tienes tanto arte que no es un equino cualquiera, es el brío del ánima animal, un verdadero Almifor de La Poesía; sé que en alguna ocasión he sujetado las riendas de mi privada y onírica cuadra de almifores selectos, con los únicos que puedo galopar a mil centellas. ¡Un alegato contra unos de los jinetes del apocalipsis:
ResponderEliminarL a G u e r r a .
¡Que Dios Te lo premie, amiguita!
J u a n, J i n e t e D e M i P r o p i o K a m a r r u p a.
Impotencia, rabia y dolor, entre estas líneas que gimen y supuran desde el sentir más profundo del alma…
EliminarGracias por tu bonita interpretación, así como por tus bellas palabras, amigo Maese. Un placer tu visita…
Abrazo grande, y feliz día.
Un texto de destrucción pero real en los tiempos que nos rodean, siempre el dócil galopar de un caballo hay ido en tiempos lejanos de la mano de la destrucción aunque este elegante animal no fuera el artífice de esos desastres. Un placer siempre leerte Ginebra. BESOS Y CARIÑITOS!!.
ResponderEliminarAsí es... Involucrado en las terribles tramas de la vida y la guerra... Tan inocente y puro, como la esencia del ser humano que es mancillada…
EliminarGracias por tu sentir, preciosa amiga.
El placer siempre mío por tu bonita mirada...
Abrazos enormes, y muy feliz día 💙
Que relato más brutal Gin!
ResponderEliminarQue bien has plasmado esa guerra, ese final, esa unión entre hombre y caballo para salir dejando esa tierra de muerte... Bravo!
Un saludo!
Muy agradecida por este sentimiento que me transmites, M.
EliminarUn placer tu mirada y tus bonitas palabras...
Bsoss, y feliz día 💙
Um relato que traduz fielmente a realidade que vivemos atualmente!
ResponderEliminarPrecioso o teu texto Ginebra, emocionante e que lança um apelo a todos nós para reconstruirmos o mundo e uma sociedade tomada de assalto por esses senhores da finança que decidem tudo em nossas vidas.
Que venha esse cavalo branco pleno de luz e nos traga a força e a esperança que todos precisamos!
Un beso grande, Ginebra!
Así como dices, y lamentablemente, es una realidad que vivimos y padecemos por cualquier rincón del mundo… Nunca es suficiente; el ansia de poder, el fanatismo, y tantas cosas que hacen malograr una paz quimérica, que nunca llega del todo…
EliminarGracias por tu sentir, querido A.S.
Abrazo grande, y muy feliz día 💙
He visto el mundo que nos rodea.
ResponderEliminarSin máscara.
Dan ganas de alejarse, cabalgando y sin cabalgar, para no volver más.
Besos.
El propio mundo echaría a correr ante quienes lo habitan...
EliminarUn abrazo grande, querido poeta 💙
¡Qué fuerte y desolador escenario!
ResponderEliminarY a pesar de todo, aquí seguimos.
Y sí, boguemos por la paz, la cooperación, la solidaridad y la esperanza.
Besos, Ginebra
Seguimos… pero de capa caída; cansados, decepcionados, doloridos… Creo que para este mal, el mundo no tiene cura…
EliminarGracias por tu esperanzador sentir, Myriam.
Un abrazo grande, y feliz día 💙
El jinete de la esperanza tal vez, que es lo único que nos puede hacer cabalgar por un mundo que cada vez muestra lo que siempre ha sido, ambiciones, poder, dinero, mezquinos intereses que mueven a muchos. Un relato que no nos deja indiferentes.
ResponderEliminarDulces besos cariñosos Gine.
Un mundo que, sin darnos cuenta, normalizamos; entre otras cosas porque pensar que puede ser distinto, es una quimera…
EliminarGracias por tu sentir, querido Dulce.
Bsoss y cariños, y muy feliz día 💙
Una historia realmente increible y realmente bellisima, llena de espanto pero a la vez de mucho amor y esperanza de quien menos dijera. más humanos y más corazón hay en los mismos animales y en la naturaleza que en nosotros los propios seres humanos, increíble historia que me ha encantado y me ha dejado con el corazón y el alma lleno de emoción
EliminarSilo … del libro Humanizar La Tierra
ResponderEliminarVIII.- EL JINETE Y SU SOMBRA
Cuando el sol arreboló el camino, la silueta se alargó entre piedras y
severos matorrales. Y el jinete fue enlenteciendo la marcha hasta que se
detuvo muy cerca de un fuego joven. Y un hombre viejo, que con sus
manos acariciaba las llamas, saludó al jinete. Este desmontó y ambos
hablaron. Luego el jinete continuó su camino.
Cuando la sombra cayó bajo los cascos del caballo, el jinete se detuvo
un instante e intercambió palabras con un hombre que lo detuvo a la
vera del camino.
Cuando la sombra se alargó a espaldas del jinete, éste ya no aminoró el
paso. Y un joven que quiso detenerlo alcanzó a gritar: “¡Vas en
dirección opuesta!”.
Pero la noche desmontó al jinete y éste sólo vio la sombra en su alma.
Entonces, suspirando para sí y las estrellas, dijo:
“En un mismo día un viejo me habló de la soledad, la enfermedad y la
muerte; un hombre, acerca de cómo son las cosas y las realidades de la
vida. Finalmente, un joven ni siquiera me habló sino que gritando quiso
desviar mi camino en dirección desconocida. El viejo sentía temor a
perder sus cosas y su vida; el hombre, temor por no alcanzar a tomar lo
que creía que eran sus cosas y su vida. Y el joven, temor a no poder
escapar de sus cosas y su vida.
Extraños encuentros éstos en los que el anciano sufre por el corto futuro
y se refugia en su largo pasado. El hombre sufre por su situación actual
buscando abrigo en lo que pasó o habrá de suceder, según se lo ajuste
por el frente o por atrás. Y el joven sufre porque un corto pasado muerde
sus talones impulsando su fuga hacia el largo futuro. Sin embargo,
reconozco en el rostro de los tres mi propio rostro y me parece advertir
que todo ser humano, sea cual fuere su edad, puede transitar por esos
tiempos y ver en ellos fantasmas que no existen. ¿O existe hoy aquella
ofensa de mi juventud? ¿O existe hoy mi vejez? ¿O anida hoy, en esta
oscuridad, mi muerte?
Todo sufrimiento se desliza por recuerdo, por imaginación, o por
aquello que se percibe. Pero gracias a esas tres vías existe el
pensamiento y el afecto y el quehacer humano. Ha de ser, entonces, que
si esas vías son necesarias también son conductos de destrucción si las
contamina el sufrimiento.
¿Pero no será el sufrimiento el aviso que nos da la vida cuando su
correntada es invertida? La vida puede ser invertida por algo (para mí
desconocido), que se hace con ella. Así pues ese anciano, ese hombre y
ese joven, algo han hecho con sus vidas para que ellas se inviertan”.
Entonces el jinete que meditaba en la oscuridad de la noche se durmió. Y
al dormirse soñó y en su sueño se iluminó el paisaje. Allí estaba en el
centro de un espacio triangular, amurallado por espejos. Los espejos
reflejaban su imagen, multiplicándola. Según escogiera una dirección,
se veía como anciano; al tomar otra, su rostro era de hombre o,
finalmente, de muchacho... Pero él se sentía como un niño, en el centro
de sí mismo.
Entonces sucedió que todo comenzó a oscurecerse y cuando no pudo
reconocer más que una pesada oscuridad, despertó. Abrió los ojos y vio
la luz del sol. Luego montó en su cabalgadura y al ver que la sombra se
alargaba, dijo para sí: “Es la contradicción la que invierte la vida y
genera sufrimiento... El sol se opone para que el día sea noche pero el
día será según lo que yo haga con él”.
Antes que nada, agradecer tu visita y este texto que me dejas que, sin duda, es para apreciar y reflexionar.
EliminarNo conocía el libro, por lo tanto, te agradezco doblemente que lo hayas traído hasta aquí, ya que me parece de lo más interesante y, por supuesto, para tener en cuenta en mis lecturas pendientes.
La vida es un tapiz en el que todos intervenimos con nuestros propios hilos para tejerlo. Y si bien es cierto que debe haber un equilibrio, así como el día y la noche; la luz y la oscuridad… No debería existir (sería lo ideal y quimérico) esa lacra que ataca directamente al equilibrio natural. La guerra es una de ellas. Es el medio que compensa la incompetencia y el fracaso, en ese afán desmedido de avaricia y poder. Y el sufrimiento, al menos en este caso, es el dolor de presenciar la muerte de unos y otros, la propia autodestrucción de un mundo que ya apenas se sostiene; el aniquilar vidas a bocajarro en nombre “de”, como hemos visto a lo largo de la historia, y como, lamentablemente, seguimos viendo…
Nuevamente gracias por tan interesante texto que, como te digo, es para releer, reflexionar y sacar conclusiones. Ahora solo me quedaré con la última frase, que creo que resume estupendamente una verdad elemental, tan sencilla como complicada: “el día será según lo que yo haga con él”.
Ojalá el día no cayera nunca en manos sucias…
Agradecida enormemente por tu tiempo, Chante.
Un gran placer…
Abrazos, y feliz día.
\m/ GB \m/... Abrazos de Noviembre Poetisa
Eliminar🙏🙂😘
EliminarUn escenario real como la vida misma, donde las guerras solo sirven para lo que sirven que se prefiere odiar y deshumanizar a la humanidad que practicar el amor o la amistad incondicional de las personas.
ResponderEliminarVenimos a este mundo desnudos y nos vamos desnudos y me pregunto para qué tanta lucha si al final todos tenemos fecha de caducidad? Puedo llegar a entender que ciertos aborígenes todavía siguen comiendo carne humana. Pero aún así son fieles a sus costumbres ya que protegen a los más débiles.
No hace falta explayarse mucho más, Gin porque más o menos ya te lo han dicho casi todo.
Un fuerte abrazo y sigue deslumbrándonos con tus letras, bien sean en relato o en poemas.
En tu primer párrafo lo has resumido maravillosamente.
EliminarLas guerras solo acarrean guerras...
Y así como comentas de los aborígenes: lo que nos diferencia y, en cierto modo, los exculpa, es que, supuestamente, nosotros estamos civilizados, y ellos no. Aunque a veces, visto lo visto, tengo mis dudas de que lo estemos.
Muchísimas gracias por tus veraces palabras, querido amigo.
Siempre un placer tu mirada y tu sentir…
Abrazo grande, y muy feliz tarde 💙
Ante el horror de la sangre y la guerra algo puro como ese caballo blanco, que suaviza las duras imágenes y impregna algo de magia en este relato.
ResponderEliminarRelato que tiene tú magia como todo lo que haces.
Un placer leerte siempre
Besos
Qué bonita tu visión, Charly... Es cierto que los caballos tienen magia...
EliminarUn placer la hayas sentido entre mis letras, y en mí... 😊
Abrazo grande, y muy feliz día.
La historia la terminamos repitiendo una y otra vez, lamentablemente no aprendemos. Ojalá podríamos huir a caballo.
ResponderEliminarUn texto muy bien narrado y muy bello dentro de la tristeza.
Un verdadero placer leerte mi querida amiga.
Abrazo enorme lleno de cariño.
Una quimera que nos persigue a los soñadores empedernidos, así como la historia que se repite una y otra vez…
EliminarMuchísimas gracias por tu sentir y tu bonita mirada, mi querida amiga…
El placer siempre mío de saberte y sentirte…
Abrazo grande, y muy feliz día 💙
Tremendo,desolador, sangrante texto. No aprenderemos nunca? Las luchas que siempre esconden intereses por los que nos jugamos la vida siempre.
ResponderEliminarMuy brutal todo el relato,impecable, estremecedor.
Un abrazo enorme y admirado!
Besossssssssssssss
Cada vez son más los ojos que miran en esa dirección; esa en la que, por utópica que parezca, se erradiquen al fin tantas de las cosas que sumergen al mundo en ese barro de guerra y sangre…
EliminarMil gracias por este sentir que me transmites, mi preciosa Ale…
Abrazos y cariños enormes, y muy feliz noche 💙
que bien descrita la desolacion al principio y como , cuando parece que no cabe mas horror, entonces introduces la participacion de niños, demostrando que todo es suceptible de empeorar.
ResponderEliminaren cambio nos despirtas la esperanza con ese caballo blanco, que es la unica luz del paisaje porque incluso los niños estan anegados de barro
felicidades por el testo y
y besosss Gine
Qué bonita y buena interpretación, Gabi...
EliminarInvolucrada la propia inocencia en tal matanza, pero siempre esa luz, pura y valerosa, que se abre paso de entre las tinieblas como vital esperanza...
Muchísimas gracias por tu bello sentir.
Abrazos, y muy feliz noche.
Es un texto impactante, mi querida Gine. Imágenes dantescas y en todas ellas está la mano de la humanidad. Tan cruel como tierna... Pero la nobleza de un animal como el caballo nos da lecciones de vida.
ResponderEliminarPrecioso. Me encantó leerte y de fondo este concierto que Joaquín regaló a su hijo. Puro amor.
Mil besitos con todo mi cariño y feliz Noche ❤️
Bellísima tu visión y el sentir que transmites, mi preciosa Ana...
EliminarCuántas cosas que aprender de ellos...
Un concierto para el deleite del alma...
Agradecida de corazón por tu bello latido...
Abrazos y cariños, y muy feliz noche 💙
Eres una genia mi querida Gine,
ResponderEliminarcuanto talento tienes, fantasía
y eres espectacular contándolo,
haces que me meta en tu historia,
y ese caballo hermoso que hasta
lo imagine delante mio, el video
admirable, que mas te puedo decir,
solo aplaudirte de pie y felicitarte.
Besitos dulces
Siby
Solo son sentimientos que proceden del alma y que necesitan sentir la luz a través de las letras, y, sobre todo, la belleza de las miradas, como la tuya, que los interpretan y sienten desde su propia exquisitez; así que, agradecida de corazón por la tuya, por ser y estar, preciosa Siby…
EliminarAbrazos y cariños enormes, y muy feliz día 💙
Ni aprende la vida ni aprendemos nosotros.
ResponderEliminarSuerte que de vez en cuando sigan pasando estas cosas (yo sigo viendo unicornios aunque sea en sueños) ��
Aún hay esperanza...
Besitos mil preciosa ❤
Un ciclo eterno que nos lleva, una y otra vez, a cometer los mismos errores… Pero, aun así, creo (o presiento) que empieza a vislumbrarse una evolución…
EliminarLos sueños no deben abandonarnos, de hecho, es imposible que lo hagan; son parte de nuestra esencia, a pesar de las tormentas…
Esperanza, siempre. Estamos aquí; nos levantamos cada día: eso es esperanza… 😊
Abrazos enormes, y muy feliz día, preciosa 💙
Ginebra, has puesto todo tu corazón en este relato. Al menos,, a mí me ha llegado con mucha fuerza, y me ha emocionado.
ResponderEliminarBellísimo. Lo he visto todo como en una película. Lo has descrito de un modo perfecto, que traspasa.
Mi enhorabuena!
Muchos besos :) y muy feliz finde :)
Así como tu corazón que lo ha contemplado y sentido, preciosa amiga…
EliminarMuy agradecida por tu bella mirada, y este hermoso latido que me dejas y me llega…
Abrazos enormes, y muy feliz finde! 💙
Has descrito las consecuencias de la debilidad humana, el poder, la soberbia y la ambición lo llevan a la guerra y a la destrucción. No obstante el hombre no debe olvidarse de su espíritu, de su fe y su esperanza que lo elevan por encima de las circunstancias...Ahí está el profundo mensaje de tu relato, Ginebra. Lo has bordado con la llegada de ese caballo blanco simbolizando la paz y el triunfo sobre lo material. De nuevo has tocado el milagro con tus dedos y nos has salpicado de optimismo y ánimo, amiga.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo por el equilibrio y belleza de tus letras.
Así es, querida amiga. La propia debilidad; su propio fracaso es el que la lleva a las guerras, en ese afán de reconocimiento y poder, aun cuando con ello, se destruye a sí misma…
EliminarPero, si hay algo con lo que no se puede lidiar, porque ella es innata e inconmensurable, es la esencia que se mantiene intacta y que, a pesar de los pesares, resurge de entre las cenizas, barro o sangre, (re)clamando esa luz imperecedera que todo lo puede y por lo que todo es…
Muchísimas gracias por este sentir que me transmites y que me abraza el alma; por la belleza y veracidad de tu interpretación…
Abrazos y cariños enormes, y muy feliz día 💙
Fantástico relato amiga Ginebra, ese caballo blanco es como la poca luz de esperanza de un lugar de guerra muerte y destrucción, un mundo que agoniza como en la actualidad.
ResponderEliminarUn abrazo y no dejes de cuidarte
Son tiempos en los que merma las esperanza, pero siempre hay una rendija de entre las tinieblas, por donde se filtra ese rayo de luz cual caballo blanco galopando...
EliminarGracias por tu sentir, mi querido amigo.
Cuídate tú también. Abrazos y cariños 💙
El caballo es noble por naturaleza, como reflejas en tu relato. Es hermosa la relación de fidelidad que tiene ese hombre, que intuyo su dueño; y viene a poner un punto de cordura la barbarie que toda guerra lleva consigo.
ResponderEliminarMe encantó tu relato.
Bas.
Un halo de luz en medio de la hecatombe… Y ese vínculo innato con él...
EliminarMil gracias por tu sentir, Mar.
Abrazo grande, y muy feliz noche 💙
La guerra es la manifestación extrema de la imposibilidad humana para convivir en armonía. Alguien dijo que el hombre es un lobo para el hombre. Creo que no se equivocaba. Las guerras siempre obedecen a oscuros intereses de poder y de dominio. Otro animal, en este caso el caballo, nos da muestras de la empatía, de la capacidad de amar, de la misericordia que debe regir entre los seres vivos. Sólo la necesidad de supervivencia desata la violencia entre el resto del reino animal.
ResponderEliminarPrecioso relato, Ginebra, lleno de fuerza.
Totalmente de acuerdo, Pepe. El hombre es un lobo para el hombre. Se autodestruye así mismo bajo su propio ego y afán de poder, que no hace más que cegarle y llevarlo a la catástrofe…
EliminarMuy agradecida por tus veraces palabras, amigo.
Un placer tu mirada.
Abrazo grande, y feliz finde.
Hola Ginebra. Muy oscuro nos lo pintas amiga, y es que lo está. Pero mira en el mundo han habido cantidad de guerras, hambrunas, terribles epidémias, y muchos desastres naturales como sunamis,terremotos huracanes,enfín no pararía de citar desgracias todas ellas producidas por la desidia la maldad del hombre y su gran ambición de poder; pero siempre queda un resquicio para la esperanza y el amor al prójimo. y sin saber como retoma fuerzas y sale del atolladero. Esperemos que esta vez tampoco nos falle y llegue un caballo blanco y alado a redimirnos
ResponderEliminarAsí es, querida amiga. El mundo sabe levantarse tras las más feroces caídas. Así lo ha demostrado a lo largo de la historia, aun a pesar de las miles de vidas que se cobra antes de que eso suceda… Pero como algo innato en nuestra esencia, debemos pensar que al fin el mundo corregirá sus errores, y que las nuevas generaciones harán lo necesario para que prevalezca la paz, y tantos valores que parecen olvidados. Quizás es una utopía, pero creer en ella es el primer paso para que suceda.
EliminarMil gracias por tu sentir…
Abrazos enormes, y muy feliz finde 💙
Qué desolador texto nos has dejado y lo peor de todo es que la putrefacción que describes es lo que estamos acostumbrados a presenciar en este mundo de mierda que estamos construyendo entre todos, menos mal que al final se cuela entre tu magnífica prosa un elemento mágico que da paso a la esperanza.
ResponderEliminarUn placer leerte aún en las escenas escabrosos.
Un beso muy grande tanto como el cariño que te tengo.
Tanta es la costumbre, que hasta lo normalizamos… Y cuando se llega a ese extremo, mala cosa… Lo has dicho muy claro, y tienes más razón que un santo.
EliminarPero a pesar de los pesares, que no decaiga esa chispa que cimbrea dentro de cada uno, y que, espero, cada vez lo haga con más intensidad y acaparando más corazones, para que, de una vez por todas, el mundo cambie… Y si no lo hace, al menos lo habremos soñado o intentado.
Gracias por tu sentir, mi querida Tracy.
Siempre un placer tu bonita mirada…
Sabes que mi cariño hacia ti es a cestos llenos 🥰
Abrazos enormes, y muy feliz finde! 💙
Y surge cual milagro un caballo blanco ..relatas tan bien que me imagino la imagen: barro, sangre, desesperación... Y al final un grito a la esperanza, porque esta por suerte siempre vive en el hombre. Muy buen relato, besos.
ResponderEliminarUn placer que tu imaginación lo haya recreado, Molí.
EliminarY así como dices, la esperanza reside dentro de cada uno; unas veces adormecida, otras, rendida, pero siempre acaba floreciendo...
Mil gracias por tu bonito sentir, amiga.
Abrazo grande, y muy feliz finde 💙
Un texto precioso. No conocía tu blog, me quedo de seguidora y te invito a que te pases por el mío si te apetece.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz fin de semana.
Hola, Rocío. Un placer que te guste, así como que te quedes entre mis letras. Muchísimas gracias.
EliminarAhora me paso por el tuyo.
Abrazos, y feliz semana 💙